Del suelo hacia el futuro: cómo Soilmec impulsa la nueva generación de cimentaciones en Colombia

Con equipos cada vez más versátiles, precisos y sostenibles, Soilmec impulsa la modernización de los procesos de cimentación en obras emblemáticas como las vías 5G y el Metro de Bogotá. La compañía combina innovación, eficiencia y responsabilidad ambiental para construir desde la base un futuro más sólido para la infraestructura colombiana.

Nos vemos en el XXII Congreso Nacional de la Infraestructura del 26 al 28 de noviembre de 2025.

¿Cuáles son las principales tecnologías que han llegado al país para fortalecer los procesos de cimentación en las grandes obras civiles como las vías 5G, el metro de Bogotá, entre otras?

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En proyectos como las vías 5G y el Metro de Bogotá, la cimentación ha adquirido un papel estratégico: ya no se trata solo de soportar cargas, sino de hacerlo con precisión, eficiencia y responsabilidad ambiental. En los últimos años han llegado al país tecnologías que permiten trabajar con mayor control y adaptarse a terrenos complejos: pilotes de gran diámetro con seguimiento digital en tiempo real, sistemas de mejora del terreno como el jet grouting para consolidar suelos blandos, y micropilotes y anclajes para estabilización en zonas urbanas y taludes.

En este escenario, Soilmec ha acompañado la evolución del sector con equipos que responden directamente a esas necesidades. Las piloteadoras de la línea SR —como la SR-45 y la SR-65— permiten alternar entre métodos como CFA, hélice continua, barrena Kelly y pilotes pre-excavados sin cambiar de máquina, lo que agiliza la obra y optimiza recursos. Su sistema electrónico DMS controla parámetros como torque, verticalidad y profundidad de perforación, asegurando calidad estructural desde el inicio del proceso, algo esencial en viaductos y puentes de las concesiones 5G.

Para entornos urbanos sensibles, donde las restricciones ambientales y el control del ruido son determinantes, Soilmec ha introducido la línea E-TECH, con equipos 100% eléctricos como la SM-13e. Esta solución permite trabajar en estaciones, túneles o zonas densas sin emisiones directas, disminuyendo el impacto ambiental y mejorando la convivencia con la ciudad.

Y cuando la obra exige adaptarse a espacios reducidos o geometrías complejas (por ejemplo, bajo estructuras existentes o en corredores de difícil acceso) entran en escena las micropiloteadoras SM-9 y SM-11. Compactas pero potentes, pueden configurarse para micropilotes, anclajes, soil-nailing y jet grouting, posibilitando la mejora del terreno y la estabilización sin grandes excavaciones ni interrupciones en el entorno.

En síntesis, las tecnologías que están fortaleciendo la cimentación en Colombia no solo mejoran la capacidad de construir infraestructuras más grandes y seguras, sino que redefinen la forma en que se construye: con adaptabilidad, datos, sostenibilidad y precisión. Y en ese proceso, Soilmec actúa como un aliado técnico que impulsa a la infraestructura nacional hacia estándares internacionales más altos, ayudando a construir no solo grandes obras, sino confianza y futuro.

Soilmec es uno de los grandes jugadores del sector. ¿Cómo la compañía ha logrado innovar en estos procesos de cimentación con las tecnologías que trae a Colombia?

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Soilmec ha logrado destacarse no solo por la potencia o la robustez de sus máquinas, sino porque ha entendido que la innovación en cimentación no consiste únicamente en cavar más profundo, sino en hacerlo con control, versatilidad y responsabilidad técnica. “Nuestro enfoque ha sido desarrollar equipos capaces de adaptarse al terreno, a la obra y al entorno urbano, sin sacrificar rendimiento”.

Por ejemplo, la línea de piloteadoras SR integra sistemas como el DMS (Drilling Mate System), que permite monitorear en tiempo real parámetros críticos como torque, verticalidad, presión y velocidad de penetración. Esto convierte la perforación en un proceso medible y fácilmente trazable, algo esencial para garantizar la calidad estructural en grandes obras como viaductos, puentes o líneas férreas elevadas.

Al mismo tiempo hemos impulsado la versatilidad operativa: una misma máquina puede ejecutar pilotes CFA, barrena Kelly, desplazamiento o pilotes pre-excavados sin necesidad de cambiar de plataforma. Esto reduce tiempos, costos y riesgos, y le da al constructor la capacidad de responder rápido a la realidad del suelo, incluso con variaciones a pocos metros de distancia.

Y, quizás el avance más significativo para el contexto colombiano, es la llegada de la línea E-TECH, con modelos 100% eléctricos como la SM-13e, que permiten trabajar en ciudad sin emisiones directas y con menor ruido. Esto no es solo tecnología: es una respuesta concreta a los desafíos ambientales y urbanos que presentan proyectos como el Metro de Bogotá, en donde construir también implica cuidar la vida alrededor de la obra.

Finalmente, en entornos de difícil acceso, infraestructura existente o zonas de ladera, las micropiloteadoras como la SM-9 y la SM-11 permiten ejecutar micropilotes, anclajes y jet grouting en espacios reducidos y geometrías complejas. Es la ingeniería respondiendo al país real, no al ideal.

En síntesis, la innovación de Soilmec no se limita a traer máquinas nuevas, sino a repensar la forma de cimentar: medir mejor, intervenir con precisión y construir con un impacto más consciente.

¿En qué se concentran los principales retos a la hora de traer equipos cada vez más sofisticados que hagan más eficientes y económicas las grandes obras civiles?

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El principal reto no está únicamente en traer equipos más sofisticados, sino en crear las condiciones para que esa sofisticación realmente genere valor en obra. La tecnología por sí sola no transforma un proyecto: necesita entorno, capacitación y una cultura de planificación que le permita desplegar todo su potencial.

Uno de los grandes desafíos es la curva de adopción técnica. Las máquinas modernas tienen sistemas de control digital, sensores, registros automáticos y modos de operación muy distintos a los de generaciones anteriores. Para que su eficiencia se traduzca en productividad, se requiere formar operadores, supervisores y equipos de mantenimiento que entiendan la máquina no solo desde la operación, sino desde la data que produce. Eso implica acompañar cada entrega con entrenamiento, soporte técnico y seguimiento continuo.

Otro reto está en las condiciones del terreno y la logística. Colombia es un país diverso en su geología y geografía: lo que funciona en una llanura puede no ser viable en una zona de ladera o en un corredor urbano estrecho. Por eso, la innovación no puede ser “importada” tal cual: debe adaptarse a la obra real. Y allí, equipos versátiles como las piloteadoras SR y las micropiloteadoras de la línea SM se vuelven claves, porque permiten cambiar de técnica sin cambiar de máquina.

Finalmente, hay un desafío que es cada vez más central: la sostenibilidad. Las grandes obras están llamadas a convivir con la ciudad y el entorno; eso implica reducir emisiones, ruido y consumo energético. La entrada de equipos eléctricos como los de la línea E-TECH abre ese camino, pero también exige infraestructura de soporte, planificación energética y una visión de largo plazo.

En resumen, traer máquinas más avanzadas no solo es cuestión de tecnología: es un proceso de transformación cultural, técnica y ambiental. Y cuando esos tres elementos se alinean, la obra no solo avanza más rápido y con mejor calidad: se construye de manera más inteligente y responsable.